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sábado, 20 de diciembre de 2014

Opinión: Estúpida ley

El pasado lunes se celebró el sorteo para el Eurobasket 2015 que se disputará en 4 países (esa historia da para otra columna) y en el que España no parte como gran favorita por una vez en los últimos diez años. Francia es la gran candidata al oro en muchas quinielas y además jugaría en casa la fase final. Serbia es otra buena opción como actual subcampeona del mundo. España dependerá de la disponibilidad de sus cracks tras la dura temporada NBA; los hermanos Gasol, Ricky e Ibaka sobre todo. Con el mismo equipo que en el Mundial de este año en casa deberían aspirar a todo, a pesar del esperpento del partido contra los franceses en cuartos. Un cambio sí será seguro. El técnico Orenga no será el blanco de las críticas. Críticas muy razonables por cierto. Felipe ni un minuto en cuartos por ejemplo. Mejor ni comentarlo. La gran duda para el próximo torneo es quien será el seleccionador nacional. Entrenadores hay muchos y muy buenos. Pero el problema es que no todos pueden serlo legalmente. Todo viene de 2002. La ACB decidió que era incompatible entrenar a la selección española y a un club pero, ojo, no a cualquier club; solo a uno que compita en la máxima categoría nacional, la hoy llamada Liga Endesa (cosas del dinero). Se hizo por el caso Imbroda, para que no beneficiara a los jugadores de su equipo en ese momento, el Real Madrid. En un principio podía tener su sentido pero ha dejado de tenerlo. La pelota hoy está en el tejado de Francisco Roca, nuevo director general de la ACB. La Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto (AEEB) trabaja para abolir esta norma, hoy anacrónica. Manifiesta poca confianza en el entrenador que fichas creer que va a decidir por amiguismo o porque el jugador sea de su club, en lugar de buscar lo mejor para el equipo nacional. A nadie le importó, como es lógico, que Scariolo entrenara al Khimki ruso y a España al mismo tiempo. Lo que sí importó fueron sus medallas y éxitos con Pau y compañía. La AEEB pide que sea el club el que decida si le deja a su entrenador compaginar cargos. Casi todos lo harían porque seguramente se ahorrarían buena parte del sueldo del míster. Mientras tanto, grandes técnicos como Laso, Pascual, Plaza o Vidorreta no podrán entrenar a España. Pocas opciones buenas quedan (¿retorno de Scariolo?) sobre todo si se quiere un entrenador de la tierra. Si nosotros mismos le ponemos palos a la rueda es difícil pedirle éxitos a la selección por mucho crack que en ella juegue. El primer paso para superar la decepción más grande de la historia del basket patrio se está dando, el problema es si le metemos la zancadilla.

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